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TEXTO DE LAS CARTAS DE CAMILLE CLAUDEL ET RODIN

Las cartas cuyas reproducciones están expuestas en esta sala proceden del Museo Rodin de París, al que expresamos nuestro agradecimiento por la autorización concedida para exhibirlas aquí.

En la pared derecha al entrar en la sala común

Inv. L.1452, archivos del museo Rodin, París 

En adelante, a partir de hoy 12 octubre de 1886, solo tendré como alumna a la Srta. Camille Claudel y la protegeré por todos los medios que tenga a mi disposición, serán mis amigos los suyos, en especial mis amigos influyentes. No aceptaré otros alumnos para que por azar no se produzcan talentos rivales, aunque supongo que no se encuentran a menudo artistas tan dotados naturalmente. En la exposición, haré todo lo que esté en mi mano para la colocación, los periódicos. Ya no iré bajo pretexto alguno a casa de la Sra. … a quien dejaré de dar clases de escultura. Después de la exposición del mes de mayo nos vamos a Italia y nos quedaremos allí por lo menos seis meses, inicio de una relación indisoluble después de lo cual la Srta. Camille será mi esposa. Me haría muy feliz regalarle una figura de mármol si la Srta. Camille tiene a bien aceptarla. De aquí a dentro de 4 o 5 meses, de aquí a mayo, no tendré ninguna mujer, sin ello se incumplen las condiciones. Si mi pedido de Chile se lleva a cabo, iremos a Chile en lugar de a Italia. No emplearé a ninguna de las modelos que he conocido. Se realizará una fotografía en Carjat, con el traje que la Srta. Camille llevaba en la academia, vestimenta de ciudad y tal vez en traje de noche. La Srta. Camille permanecerá en París hasta mayo, la Srta. Camille se compromete a recibirme en su taller cuatro veces al mes hasta mayo. Rodin

Inv. Ms.368, archivos del museo Rodin, París

Your favourite virtue (Su virtud favorita). No tengo: son todas aburridas

Your favourite qualities in man (Las cualidades que prefiere en un hombre). Que obedezca a su esposa

Your favourite qualities in woman (Las cualidades que prefiere en una mujer). Que haga enfurecer mucho a su marido

Your favourite occupation (Su ocupación favorita). No hacer nada

Your chief characteristic (Su principal característica). El capricho y la inconstancia

Your idea of happiness (Su idea de la felicidad). Casarme con el General Boulanger

Your idea of misery (Su idea de la desgracia). Ser madre de muchos hijos

Your favourite colour and flower (Su color  y su flor favoritos). El color que más cambia y la flor que no cambia

If not yourself, who would you be ? (Si no fuera usted misma, ¿quién sería) Un caballo de coche de caballos en París

Where would you like to live ? (¿Dónde le gustaría vivir?) En el corazón del señor Wilson

Your favourite prose authors (Los autores de prosa que prefiere). El Sr. Pellerin autor de las famosas imágenes

Your favourite poets (Sus poetas favoritos). El que no escribe versos

Your favourite painters and composers (Sus pintores y compositores favoritos). Yo misma

Your favourite heroes in real life (Sus héroes favoritos en la vida real). Pranzini o Tropmann (a elegir)

Your favourite heroines in real life (Sus heroínas favoritas en la vida real). Louise Michel

Your favourite heroes in fiction (Sus héroes favoritos en la ficción). Ricardo III

Your favourite heroines in fiction (Sus heroínas favoritas en la ficción). Lady Macbeth

Your favourite food and drink (Su comida y bebida favorita). La cocina de Merlatti (amor y agua fresca)

Your favourite names (Sus nombres favoritos). Abdonide, Joséphyr, Alphée, Boulang

Your pet aversion (El animal doméstico por el que siente aversión) Las criadas, los chóferes y las modelos

What characters in history do you most dislike ? (¿Qué personajes de la historia le disgustan más?) Son todos desagradables

What is your present state of mind ? (¿Cuál es su estado de ánimo actual?) Resulta demasiado difícil de decir

For what fault have you most toleration ? (¿Qué defecto tolera más?) Tolero todos mis defectos, pero en absoluto los de los demás.

Your favourite motto (Su dicho favorito). Más vale pájaro en mano que « ciento volando »

Cam Claudel 16 de mayo de 1888.

Inv. L.1451, archivos del museo Rodin, París

Mi feroz amiga:

Mi pobre cabeza está muy enferma, y ya no puedo levantarme por la mañana. Esta tarde he recorrido (durante horas) sin encontrarte nuestros lugares. ¡Qué dulce me resultaría la muerte! Y qué larga es mi agonía. Por qué no me has esperado en el taller. ¿Dónde vas? Cuánto dolor me estaba destinado. Tengo momentos de amnesia en los que sufro menos, pero hoy el dolor implacable no se va. Camille mi bien amada a pesar de todo, a pesar de la locura que siento que viene y que será obra tuya, si esto continúa.  ¿Por qué no me crees? Abandono mi Salón, la escultura. Si pudiera irme a cualquier parte, a un país en el que olvidara, pero no lo hay. Hay momentos en que francamente creo que te olvidaré. Pero de repente, siento tu terrible poder Ten piedad malvada. Ya no puedo más, ya no puedo pasar un día sin verte.  De lo contrario, la locura atroz. Se acabó, ya no trabajo, divinidad maléfica, y sin embargo te amo con furor.

Mi Camille ten la seguridad de que no tengo amistad con ninguna mujer, y de que toda mi alma te pertenece.

No puedo convencerte y mis razones son impotentes. Mi sufrimiento no te lo crees, lloro y lo pones en duda. Ya no río desde hace tiempo, ya no canto, todo me resulta insípido e indiferente. Ya estoy muerto y no comprendo lo mucho que me he esforzado por cosas que ahora me son indiferentes Déjame verte todos los días, será una buena acción y quizá me venga una mejoría, porque solo tú me puedes salvar con tu generosidad.

No dejes que la horrible y lenta enfermedad se apodere de mi inteligencia, del amor ardiente y tan puro que te tengo, por último piedad querida mía, y tú misma serás recompensada por ello.

Rodin

Te beso las manos, amiga mía, a ti que me regalas goces tan elevados, tan ardientes, junto a ti, mi alma vive llena de fuerza y, en su locura de amor, el respeto hacia ti está siempre por encima de todo.  El respeto que tengo por tu carácter, por ti mi Camille, es la causa de mi violenta pasión, no me trates despiadadamente te pido tan poco.

No me amenaces y déjate ver que tu dulce mano me muestre tu bondad y me la dejes algunas veces, para que la bese en mis transportes.

No me arrepiento de nada. Ni el desenlace que me parece fúnebre, mi vida caerá en un abismo. Pero mi alma ha florecido, tardíamente por desgracia. Ha hecho falta que te conozca y todo ha cobrado una vida desconocida, mi desvaída existencia ha ardido en un fuego de alegría. Gracias porque a ti debo toda la parte de cielo que he conocido en mi vida.

Posa tus queridas manos sobre mi rostro, que mi carne sea feliz, que mi corazón sienta aún que de nuevo se derrama tu divino amor. Con qué exaltación vivo cuando estoy junto a ti.  Junto a ti cuando pienso que todavía tengo esa felicidad, y me compadezco, y en mi cobardía creo que he terminado de ser desgraciado que he llegado al final. No mientras que haya un poco de esperanza, aunque solo sea una gota, tengo que disfrutarla por la noche, más tarde, la noche siguiente.

Tu mano Camille, no la que se retira, no hay felicidad al tocarla si no es prenda de un poco de tu ternura.

¡Ay! divina belleza, flor que habla y que ama, flor inteligente, querida mía. Mi tan buena, de rodillas, ante tu bello cuerpo que estrecho entre mis brazos.

R

Inv. Ms.362, archivos del museo Rodin, París

Sr. Rodin:

Como no tengo nada que hacer le vuelvo a escribir.

No se puede imaginar lo bueno que hace en L’ Isleta.

He almorzado hoy en la sala central (que sirve de  invernadero), en la que se ve el jardín por ambos lados. La Sra. Courcelles me ha ofrecido (sin hablar yo de ello en absoluto) que si fuera de su agrado podría comer allí de vez en cuando e incluso siempre (creo que tiene verdaderas ganas) ¡y es tan bonito allí!…

He paseado por el parque, lo han segado todo, el heno, el trigo, la avena, se puede dar la vuelta pro cualquier lugar, es encantador. Si es usted amable, y mantiene su promesa, conoceremos el paraíso. Tendrá la habitación que quiera para trabajar. La vieja se nos pondrá de rodillas, creo.

Me ha dicho que yo [falta una palabra:¿podía?] tomar un baño en el río, donde su hija y la criada lo toman, sin ningún peligro.

Con su permiso, yo también lo haré ya que es un gran placer y esto me evitará ir a los baños calientes en Azay. Sería muy amable si me comprara un traje de baño, de color azul oscuro con cintas blancas, de dos piezas, blusa y pantalones (talla mediana), en el Louvre o en el Bon Marché (de sarga) o en Tours.

Me voy a la cama desnuda para imaginar que está aquí, pero cuando me despierto no es lo mismo.

Un beso

Camille

Sobre todo, no me engañe más.

En la pared izquierda al entrar en la sala común

Inv. MS.378, archivos del museo Rodin, París

Señor

He regresado a París. No he podido traer todos mis enseres de Islette ya que me hubiese costado demasiado caro. Se ha convenido que volveré el año que viene. Me había hecho demasiadas ilusiones. Solo a Mad Courcelles le he pagado 300 f y 100 f al moldeador; 60 f por el viaje y de equipaje añadido, objetos, etc. Me quedan 20 f y solo he traído un grupo y un busto, mi ropa, mis libros, mis dibujos, etc. He almorzado en casa de los Vaissier que han sido muy amables y me han reconfortado.

Camille

Inv. MS.376, archivos del museo Rodin, París

Señor Rodin
182 rue de Université, Paris

 Estaba ausente cuando vino Ud., ya que mi padre llegó ayer y fui a cenar y a dormir a nuestra casa. De salud, no estoy mejor ya que no me puedo quedar acostada teniendo todo el rato oportunidades para andar. Seguramente que no me vaya hasta el jueves. Precisamente, la Srta. Vaissier ha venido a verme y me ha contado todo tipo de fábulas que se han fraguado sobre mí en lslette. ¡¡¡Al parecer, salgo por la noche por la ventana de mi torre, colgada de un paraguas rojo con el que incendio el bosque!!!

Inv. MS.365, archivos del museo Rodin

 Señor Rodin

Me pide a través de Le Bossé que le escriba mi opinión sobre su estatua de Balzac: me parece muy grande y muy bonita y la mejor de entre todos sus esbozos del mismo tema. Sobre todo, el efecto acentuado de la cabeza que contrasta con la sencillez de los paños está muy logrado y es sobrecogedor. También me gusta mucho la idea de las mangas anchas que caracterizan bien al hombre de espíritu descuidado que es Balzac. En suma, creo que debe esperar un gran éxito, sobre todo ante los verdaderos entendidos que no podrán encontrar ninguna similitud entre esta estatua y todas las que hasta ahora han decorado la ciudad de París.

Aprovecho la ocasión para hablarle un poco de mis asuntos. Últimamente, Morhardt ha hecho que el Mercure de France me encargue 10 bustos suyos en bronce que este periódico venderá por 300 f cada uno; por tanto me pagarán 280 f [papel rasgado: de ?] los cuales [palabra faltante, papel rasgado] pagar al fundador [palabra faltante, papel rasgado: debo?] además hacer el trabajo del cincelador, es decir quitar las costuras y grabar un caduceo. Acepté este pedido sin darme cuenta del trabajo que recaería sobre mí ya que solo para grabar el caduceo me hace falta 1 día y 5 o 6 días para quitar las costuras adecuadamente: le ruego que diga a Morhardt que no puedo seguir haciendo estos bustos; no tengo 1.000 f para poner de mi bolsillo para que después se me acuse de derrochadora y los pedidos de este tipo se realizan más bien para hacer creer a la gente [palabra faltante, papel rasgado] lo tienen más que para ayudarles realmente.

Ha hecho muy bien en impedir que Morhardt publique el artículo que había preparado sobre mí, estaba destinado a atraer hacia mí iras y venganzas que sin duda no necesito.

Quizá esté equivocado al pensar que los Morhardt actúan de buena fe conmigo, más bien fingen pero creo que en realidad, nadie de su clan ve con buenos ojos conseguirme pedidos, alabarme y valdría más que todos los esfuerzos de Morhardt estuviesen al servicio de Raymond Vernet, que es del mismo país y de la misma religión y cuyas mujeres son amigas íntimas de la Sra. Morhardt. Sabe bien que el oscuro odio que me profesan todas las mujeres en cuanto me ven aparecer, hasta que me ajuste a sus reglas, utilizan todas las armas, y además en cuanto un hombre generoso se encarga de sacarme de un aprieto, la mujer siempre está ahí para sujetarle el brazo e impedirle actuar. Asimismo, corro el grave riesgo de no cosechar el fruto de todos mis esfuerzos y de apagarme en la sombra de las calumnias y las peores sospechas.

Lo que le digo es totalmente secreto y para que juzgue bien la situación.

Estoy enferma desde hace algún tiempo, y es por eso que he tardado en escribirle. La madre Courcelles ha llegado a cobrarme 1000 f por haber dejado unas escayolas en su casa, al principio quise arremeter contra ella pero luego tuve miedo.

Si Ud. encontrase la forma de reclamarle su Dante diciéndole que solo lo olvidó allí, me daría una gran alegría.

Con toda mi amistad,

C. Claudel

(copia manuscrita de su secretaria)
Inv. L.1394, archivos del museo Rodin, París

182 rue de l’Université
2 de diciembre de 1897

Amiga mía, su carta se ha añadido a mis penas. Veo que se enfrenta a las dificultades de la vida y, un poco, de su imaginación.

Mientras uno no esté completamente seguro de querer cambiar de amigos, hay que mantenerse fiel a los amigos. Los hay, en la vida; si los desprecia ya no tendrá apoyos. Me parece que Morhardt es, desde hace mucho tiempo, su abnegada amiga, no he sospechado nada, ni visto distanciamiento hacia Ud., ya que sin ello, su marido no hubiese podido ayudarla, a no ser que fuese en secreto, y este no es el caso de la Sra. Courcelles. Hay un procurador que se encarga de defender a los artistas, es uno de mis amigos. Si quiere consultar con él de mi parte, esta es la dirección: Auzoux 118 rue de Rivoli 118.

Para mí es difícil reclamar el Dante ya que le dije en una carta anterior que me bebería su vino si me devolvía la escayola. He aquí, creo, una aceptación de la antigua donación. Además tuve que darle las gracias por el vino que nos solía mandar, recordándole tal vez el intercambio.

De todo eso, no estoy seguro, pero la regalé y no se la puedo quitar. Siento mucho verle nerviosa y tomar un camino que por desgracia ya conozco. Sé que tiene el don de la escultura. Posee una constancia heroica, es una persona honesta y valiente, en la lucha que mantiene admirablemente y que hace que todos la admiren y la conozcan, no se preocupe por los pequeños chismes, y sobre todo no pierda a sus amigos por un caprichoso desprecio, todo el mundo estará a sus órdenes, si quiere. No hable y trabaje como lo hace. Su reputación está alcanzando su objetivo. Pero qué ironía cuando uno no es feliz ese algo ilusionante, qué terribles años he pasado. Apenas empiezo a reconocerme. Estos tiempos y la indulgencia con que la que ha juzgado a mi Balzac, hacen que me encuentre un poco más tranquilo, ya que necesitaría sus consejos en el oscuro abandono donde me han dejado, creo que para morir.  

Me gustaría que un día, viniese a ver mi Balzac que he encargado moldear muy ligero y que a veces pondré en el patio para ver el efecto al aire libre. Allí podría Ud. juzgarlo conmigo.

Y créame, amiga mía, deje a un lado su carácter de mujer que ha hecho que se dispersen las personas de buena voluntad. Muestre sus admirables obras, la justicia existe, créalo. Uno es castigado y también recompensado. Un genio como el suyo es poco común.     

En cuanto al artículo sobre Ud., creo que Morhardt debe publicarlo. Le he indicado algunas palabras que pueden traerle problemas. Pero el conjunto es bueno, muy bueno. Y deberá publicarse.

En cuanto a los bronces, debe seguir haciéndolos sin caduceo y sin costuras quitadas, ese no es asunto suyo.

No sé, amiga mía, si esta pobre carta le gustará. Ahora soy distinto. He estado muy enfermo y me espanta saber que Ud. no está bien. Temo lo siguiente: por Dios, no caiga en intricadas contrariedades: modere todo lo que pueda y deje a la mala suerte solo lo que pueda quitarle. Su futuro es tan hermoso. No desatienda a nadie, ni al pequeño obrero, ni a un criado, ya que todos esos detalles se convierten en instrumentos de tortura para alguien que ya está cansado, y que como Ud. ha emprendido la gran lucha contra el ángel terrible que mantiene al mundo miserable en contra los genios como Ud. Dulzura y paciencia.

Courtry el añorado, ha realizado una admirable acuarela basada en su busto que le voy a enviar.

Su amigo y uno de sus más sinceros admiradores, que le besa las manos,

A.R.